
Vivimos un tiempo en el que las innovaciones tecnológicas, en especial las de la Información y Comunicación (TIC) se suceden muy rápidamente, provocan la sensación de vivir el pasado, el presente, y el futuro al mismo tiempo, retando nuestra capacidad de aprendizaje y adaptación. Como toda gran revolución, Internet y las TIC auguran una nueva era, con diferentes métodos de resolución de problemas, que afectan a numerosos ámbitos de las ciencias humanas, la teoría de las organizaciones o la gestión... y suponen un cambio en la forma de relacionarse los seres humanos con un impacto profundo en el trabajo, el ocio y el conocimiento. En definitiva están operando una redefinición radical del funcionamiento de la sociedad, que nos hace pensar que, sin renunciar a la democracia, quizás tenga que ser además de representativa, mas participativa, mas directa, más informacional, mas en consonancia con la nueva sociedad emergente.